Bajo la luz de un sol pampeano y entre los pastizales de La Reja, un cartel de madera crujía al viento: “Estudios Ciudad Gaucha”. Las cámaras no rodaban aún, pero el polvo levantado por los caballos y el eco lejano de un acordeón componían la escena. Imaginados galpones de filmación, con telones pintados a mano y maquetas de pueblos criollos, delineaban un sueño tan vasto como la llanura. Como si el celuloide hubiese intentado enraizarse en la tierra misma, Moreno estuvo a punto de tener su propio Hollywood.

A fines de la década del 40, la productora “Imágenes Argentinas” presentó un proyecto que aún hoy despierta asombro: levantar en La Reja una ciudad dedicada al cine, con estudios, calles internas y tecnología de punta para la época. La llamaron Ciudad Gaucha y su objetivo era claro: instalar en el Oeste el epicentro del cine nacional.

La elección de la zona no fue casual. El clima seco, la distancia prudente de la ciudad y la extensión de sus tierras posicionaban a Moreno como un sitio ideal para desarrollar una industria cinematográfica. Se diseñaron planos, se compraron terrenos y se difundieron comunicados que hablaban de una modernidad cultural con identidad criolla.

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Sin embargo, el proyecto no llegó a concretarse. A pesar de su impulso inicial, los cambios económicos y la falta de sostenimiento político y financiero terminaron por apagar las luces antes del primer rodaje. Hoy, la Ciudad Gaucha sobrevive apenas como un recuerdo en archivos y anécdotas.

La historia quedó guardada entre papeles amarillentos, pero su eco persiste. En una época donde la cultura busca reinventarse, vale la pena recordar que Moreno, alguna vez, soñó con el cine. Mirá el video del Archivo General de la Nación que recuerda el proyecto de la Ciudad Gaucha en este REEL.