Cultura
7 Oct 2024
ExpoAutos: una tarde de clásicos, motores y sonrisas en La Torcaza
Chevys, Torinos, Hot rods, Fititos y camionetas para todas las familias en una tarde especial en el corazón de Ituzaingó. Crónica de una tarde fierrera en el oeste.
El sol brillaba sobre el Polideportivo La Torcaza, donde vecinos y vecinas disfrutaron de una jornada única en la Expo Autos Multimarca. Entre motores que hicieron historia y el entusiasmo de grandes y chicos, el evento fue una celebración del automovilismo que perdurará en el recuerdo.
En un día despejado, el cielo azul parecía reflejarse en el brillo impecable de los Fiat 600, las cupecitas Chevrolet y Ford de los años 40, Torinos, Falcons y Chevys que dominaron la exposición. Cada vehículo era un viaje al pasado, una obra de arte rodante que desató anécdotas y memorias en los visitantes. Bajo el resplandor del sol, las carrocerías relucientes y los detalles restaurados capturaron las miradas, mientras los motores, en silencio o encendidos, contaban historias de carreteras y aventuras.
El Polideportivo La Torcaza, siempre activo en la vida de Ituzaingó, se transformó en el escenario perfecto para este desfile de leyendas de la industria automotriz local. Las pick ups y los hot rods aportaron una dosis de nostalgia y adrenalina, atrayendo a las familias que paseaban entre los vehículos con admiración. Los más pequeños corrían de un lado a otro, emocionados por las formas y colores que solo habían visto en fotos o escuchado en relatos de sus abuelos.
El grupo de Fiat 600, con su característico tamaño compacto, fue el favorito de muchos, evocando la época dorada de estos pequeños gigantes de las rutas. Mientras tanto, las cupecitas, con sus líneas robustas y elegantes, dejaban claro por qué fueron los reyes de las competencias en décadas pasadas. Y los Torinos, Falcon y Chevy, emblemas del fierro nacional, parecían susurrar historias de carreras y conquistas.
Entre los autos y el bullicio, las sonrisas fueron protagonistas. Vecinas y vecinos compartieron un domingo diferente, donde el amor por los motores y la historia se fundió con el aire fresco de la tarde. Fue un encuentro que revivió el espíritu de la velocidad y la ingeniería, mientras las familias disfrutaban de un paseo único por el tiempo.
La ExpoAutos en Ituzaingó dejó una huella en el corazón de los amantes de los fierros y en quienes, quizás por primera vez, descubrieron la magia detrás de estas joyas mecánicas. Con la promesa de más encuentros como este, el automovilismo sigue vivo en cada rincón de la ciudad.
En un día despejado, el cielo azul parecía reflejarse en el brillo impecable de los Fiat 600, las cupecitas Chevrolet y Ford de los años 40, Torinos, Falcons y Chevys que dominaron la exposición. Cada vehículo era un viaje al pasado, una obra de arte rodante que desató anécdotas y memorias en los visitantes. Bajo el resplandor del sol, las carrocerías relucientes y los detalles restaurados capturaron las miradas, mientras los motores, en silencio o encendidos, contaban historias de carreteras y aventuras.
El Polideportivo La Torcaza, siempre activo en la vida de Ituzaingó, se transformó en el escenario perfecto para este desfile de leyendas de la industria automotriz local. Las pick ups y los hot rods aportaron una dosis de nostalgia y adrenalina, atrayendo a las familias que paseaban entre los vehículos con admiración. Los más pequeños corrían de un lado a otro, emocionados por las formas y colores que solo habían visto en fotos o escuchado en relatos de sus abuelos.
#NotaRelacionada: Caballeros de la Quema vuelve al Oeste con un show inolvidable
El grupo de Fiat 600, con su característico tamaño compacto, fue el favorito de muchos, evocando la época dorada de estos pequeños gigantes de las rutas. Mientras tanto, las cupecitas, con sus líneas robustas y elegantes, dejaban claro por qué fueron los reyes de las competencias en décadas pasadas. Y los Torinos, Falcon y Chevy, emblemas del fierro nacional, parecían susurrar historias de carreras y conquistas.
Entre los autos y el bullicio, las sonrisas fueron protagonistas. Vecinas y vecinos compartieron un domingo diferente, donde el amor por los motores y la historia se fundió con el aire fresco de la tarde. Fue un encuentro que revivió el espíritu de la velocidad y la ingeniería, mientras las familias disfrutaban de un paseo único por el tiempo.
La ExpoAutos en Ituzaingó dejó una huella en el corazón de los amantes de los fierros y en quienes, quizás por primera vez, descubrieron la magia detrás de estas joyas mecánicas. Con la promesa de más encuentros como este, el automovilismo sigue vivo en cada rincón de la ciudad.